Segunda parte.
-No tengo idea de estar haciendo eso, Don Juan.
-Tu razon no se da cuenta, porque para empezar no acepta la posibilidad del aliado. Por fortuna, no es la razon la que arma al aliado.Es el cuerpo. Tu has percibido al aliado en muchos estados y en muchas ocasiones.Cada una de esas percepciones fue guardada en tu cuerpo. La suma de todos esos pedazos es el aliado. Yo no conozco otra manera de describirlo.
Dije no concebir que mi cuerpo actuara por si solo, como una entidad separada de la razon.
-No hay separacion, pero hemos hecho una-dijo-. Nuestra razon es mezquina y siempre anda luchando al cuerpo. Esto, desde luego, es solo un decir, pero el triunfo de un hombre de conocimiento es que ha rejuntado a los dos. Como tu no eres hombre de conocimiento, tu cuerpo hace ahora cosas que quiza tu razon no pueda comprender. El aliado es una de esas cosas. No estabas loco, ni tampoco soñabas cuando percibiste al aliado aquella noche, aqui mismo.
Le pedi qu eme explicara mas acerca de la pavorosa idea, que el y don Genaro me implantaro, de que el aliado era una entidad que me estaba esperando al filo de un pequeño valle encajonado en las montañas del norte de Mexico. Me habian dicho que tarde o temprano yo tenia que cumplir esa cita con el aliado y luchar con el.
-Esas son maneras de hablar de misterios para los cuales no hay palabras-dijo don Juan-.Genaro y yo dijimos que al borde de esa planicie te esperaba el aliado. Eso era cierto, pero no tiene el sentido que tu quieres darle. El aliado te espera, seguro, pero no al borde de ninguna planicie. Esta aqui mismo, alli, o en cualquier otro sitio. El aliado te espera igual que la muerte te espera, en todas partes y en ninguna en particular.
-¿Por que me espera el aliado a mi?
-Por la misma razon que la muerte te espera-dijo-, porque naciste. No hay posibilidad de explicar en este momento lo que eso significa. Primero debes vivir al aliado. Debes percibirlo en toda su fuerza, y acaso entonces la explicacion de los brujos pueda darle luz. Por ahora has tenido poder suficiente para aclarar por lo menos un punto: que el aliado e suna polilla.
"Hace unos años, tu y yo fuimos a las montañas y tu te encontraste con algo. Yo no tenia manera de aclararte lo que te estaba ocurriendo; viste una sombra extraña volando de un lado a otro frene al fuego. Tu mismo dijiste que parecia una polilla: y aunque ni sabias lo que estabas diciendo, estabas absolutamente en lo cierto: la sombra era una polilla. Luego, en otra ocasion, y de nuevo frente al fuego, algo casi te mata del susto despues de que te dormiste frente a una hoguera. Te habia advertido que no te durmieras, pero no me hiciste caso; esto de tejo a merced del aliado y la polilla te piso la nuca. Por que sobreviviste ese sera siempre un misterio para mi. Tu lo suspiste entonces, y yo tampoco te lo dije, pero ya te haba dado por muerto. Esa noche anduviste a ciegas.
"De ahi en adelante, cada vez que hemos andado en las montañas o en el desierto, aunque no lo hayas notado, la polilla siempre nos ha seguido. Si tomamos todo esto en cuenta, podemos decir que para ti el aliado es una polilla. Pero no pouedo decir que sea realmente una polilla como son todas las polillas que conocemos. Llamar polilla al aliado es, nuevamente, solo una manera de decir las cosas, una manera de hacer entender esa inmensidad que esta alli afuera."
-¿Para usted taqmbien es una polilla el aliado?-pregunte.
-No. La manera que uno enciende al aliado es asunto personal-dijo.
Mencione que habiamos vuelto al punto de partida; no me habia dicho lo que en realidad era un aliado.
-No hay necesidad de confundirse-dijo-. La confusion es un sentimiento en el que uno se mete, pero tambien uno puede salirse de el. En este momento no hay modo de dar aclaraciones. A lo mejor hoy, mas tarde, podremos considerar en detalle estos asuntos: depdende de ti. O mas bien, depende de tu poder personal.
Rehuso decir una palabra mas. Me preocupe mucho con el temor de fallar en la prueba. Don Juan me llevo atras de su casa y me hizo sentarme en un petate al borde de una zanja de riego. El agua se movia tan despacio que casi parecia estancada. Me ordeno estarme quieto. Cesar mid ialogo interno y mirar el agua. Dijo haber descubierto, años antes que yo tenia cierta afinidad con las masas de agua, un sentimiento de lo mas conveniente para las empresas en que me hallaba envuelto. Argui que yo no tenia particular aficion a las masas acuaticas, pero tampoco me disgustaban. Dije que precisamente por eso el agua era benefica para mi: me es indiferente. En situaciones tensas que requerian esfuerzo maximo, el agua no podia atraparme, pero tampoco rechazarme.
Se sento un poco atras de mi, a mi derecha, y me aconsejo dejarme ir sin miedo, porque el estaba alli para ayudarme si habia necesidad. Tuve un momento de temor. Lo mire, esperando otras instrucciones. Tomo mi cabeza y la volvio hacia el agua, ordenandome proceder. Yo no tenia idea de que debia hacer, de modo que simplemente me relaje. Al mirar el agua, percibi los juncos en la otra orilla. Inconscientemente, pose en ellos mis ojos sin enfocar. La corriente despaciosa los hacia vibrar. El agua tenia el color de la tierra del desierto. Las ondulaciones en torno a los juncos me parecieron surcos o grietas sobre una superficie lisa. En cierto instante los juncos se agigantaron, el agua era una planicie ocre pulida, y luego, en cuestion de segundos, me quede profundamente dormido, o acaso entre en un estado perceptual que carecia de paralelo. Lo uqe mas se acedrcaria a describirlo seria decir que me dormi y tuve un sueño pertencioso.
Senti que podia seguir en el indefinidamente si asi lo deseaba, pero deliberadamente le puse fin entrando en un dialogo interno consciente. Abri los ojos. Yacia en el petate. Don juan estaba a unos metros. Mi sueño habia sido de tal magnificiencia que empece a contarselo. Me hizo seña de callar. Con una larga vara, señalo dos sombras que unas ramas secasd de matorral proyectaban sobre el suelo. La punta de su vara siguio el perimetro de una de las sombras como si la estuviera dibujando; luego salto a la otra e hizo lo mismo con ella. Las sombras tenian unos treinta centimetros de largo y unos tres de ancho; distaban entre si doce o quince. El movimiento de la vara me hizo desenfocar los ojos y me halle mirando, a lo bizco, cuatro sombras largas; de repente las dos de enmedio se juntaron en una y crearon una extraordinaria percepcion de profundidad. Habia cierta inexplicable redondez y volumen en la sombra asi formada. Era casi un tubo transparente, una barra redonda de alguna sustancia desconocida. Sabia que tenia los ojos cruzados, y sin embargo parecia enfocar un solo sitio; la imagen era alli clara como el cristal. Pude mover los ojos sin disiparla.
Continue observando, pero sin bajar la guardia. Experimentaba una curiosa compulsion de soltarme y sumergirme en la escena. Algo en lo que observaba parecia jalarme; pero algo dentro de mi salio a la superficie e inicie un dialogo semiconsciente; casi en un acto tome conciencia de mi entorno en el mundo de la vida cotidiana.
Don Juan me observaba. Parecia intrigado.Le pregunte si pasaba algo. No respondio. Me ayudo a sentarme. Solo entonces adverti que yo habia estado de espaldas, mirando el cielo, y que don Juan habia estado inclinado casi sobre mi rostro.
Mi primer impulso fue decirle que habia visto las sombras en el piso mientras miraba el cielo, pero me puso la mano en la boca. Estuvimos un rato en silencio. Yo no tenia pensamientos. Experimentaba una exquisita sensacion de paz, y luego, abruptamente tuve un impulso irrefrenable de pararme e ir al chaparral en busca de don Genaro.
Hice un intento de hablar a don Juan: el saco la barbilla y torcio los labios en un mandato mudo de callar. Trate de evaluar mi predicamento en forma racional; sin embargo, disfrutaba tanto mi silencio que no queria molestarme con consideraciones logicas. Tras una pausa momentanea, senti de nueo el deseo imperioso de adentrarme en el matorral. Segui una vereda. Don Juan iba a la zaga, como si yo fuera el guia.
Caminamos cosa de una hora. Logre permanecer sin pensamientos. Luego llegamos a un cerro. Don Genaro estaba alli, sentado cerca de la cima de un farallon. Me saludo efusivamente, a gritos, pues se hallaba a unos quince metros del suelo. Don Juan me hizo tomar asiento y se sento junto a mi. Don Genaron explico que yo habia hallado el sitio donde me esperaba porque el me guio con un sonido que hizo. Apenas pronuncio estas palabras, me di cuenta de que en verdad habia estado oyendo un sonido peculiar que crei ser zumbido en mis oidos; habia paecido mas bien un asunto interno, una condicion corporal, un sentimiento de sonido que por indeterminado escapaba a la evaluacion y la interpretacion conscientes.
Crei que don Genaro tenia un pequeño intrumento en la mano izquierda. Desde el lugar donde me hallaba, no lo distinguia claramente. Parecia un birimbao; con el producia un sonido suave y extraño que era practicamente indiscernible. Siguio tocandolo un momento, como dandome tiempo para enterarme por completo de lo que me habia dicho. Luego me mostro la mano izquierda. Estaba vacia; no tenia en ella ningun instrumento. Yo habia tenido la impresion de que tocaba algo por la forma en que se llevo la mano a la boca; de hecho, producia el sonido con los labios y con el borde de la mano izquierda, entre el pulgar y el indice.
Me volvi hacia don Juan para explicarle que me habian engañado los movimientos de don Genaro. El hizo un ademan rapido y me dijo que no hablara y que prestase mucha atencion a lo que don Genaro hacia. Me volvi a mirar a don Genaro, pero ya no estaba alli. Pense que habia descendido. Espere unos momentos a que emergiera entre las matas. La roca donde habia estado era una formacion peculiar, algo asi como un gran reborde en la cara del farallon. No le quite la vista de encima mas que algunos segundos. Si hubiera ascendido, lo habria visto antes de que llegara a la cima del farallon, y si hubiera bajado tambien hubiese sido visible desde donde yo me hallaba.
Pregunte a don Juan donde estaba don Genaro. Repuso que seguia de pie en el reborde. Hasta donde yo podia juzgar, no habia nadie alli, pero don Juan insistio una y otra vez en que don Genaro seguia en la roca. No parecia bromar. Sus ojos eran fijos y fieros. DIjo en tono cortante que mis sentidos no eran la avenida correcta para apreciar lo que don Genaro hacia. Me ordeno parar mi dialogo interno. Pugne un momento y empece a cerrar los ojos. Don Juan se lanzo hacia mi y me sacudio por los hombros. Susurro que yo debia mantener la vista en el reborde.
Me sentia sonmoliento y oia las palabras de don Juan como si llegasen de muy lejos. Automaticamente mire el reborde. Don Genaro estaba alli de nuevo. Eso no me interesaba. Note, a media consciencia, que me resultaba muy dificil respirar, pero antes de que pudiere pensar algo al respecto, Don Genaro salto a la tierra. Eso tampoco capto mi interes. Se acerco y me ayudo a levantarme, sosteniendome el brazo: don Juan me asio el otro. Entre los dos me levantaron. Luego, solo don Genaro me ayudaba a caminar. Me susurro al oido algo que no entendi, y de pronto senti que habia jalado mi cuerpo de alguna manera extraña; me agarro, por asi decirlo, de la piel del estomago y me subio al reborde, o quizas a otra roca. Yo podria haber jurado que era el reborde; sin embargo, la fugacidad de la imagen me impidio evaluarla en detalle. Luego senti que algo en mi desfallecia y cai hacia atras. Tuve una leve sensacion de angustia, o acaso incomodidad fisica. Lo siguiente que supe fue que don Juan me hablaba. No le entendia. Concentre mi atencion en sus labios. Tenia la sensacion de que experimentaba un sueño; yo trataba de romper desde adentro una tela membranosa que me envolvia, mientras don Juan hacia por rasgarla desde afuera. Por fin se revento; las palabras de don Juan se hicieron audibles, y su significado nitido. Me ordenaba salir por mi mismo a la superficie. Luche desesperadamente por cobrar sobriedad; no tuve exito. Me pregunte, en un plano bien consciente, por que pasaba tantos apuros. Pugne por hablar conmigo mismo.
Don Juan parecia al tanto de mi dificultad. Me insto a un mayor esfuerzo. Algo alla afuera me impedia establecer mi dialogo interno habitual. Era como si una fuerza extraña me volviera soñoliento e indiferente.
Le opuse resistencia hasta quedarme sin aliento. Oi a don Juaan hablarme. Mi cuerpo se contrajo involuntariamente por la tension. Me sentia trabado en mortal combate cpm algo que me impedia respirar. No temia; antes bien, una furia incontrolable me dominaba. Mi ira llegaba a tal extremo que gruñia y gritaba como una bestia. Luego, una convulsion se apodero de mi cuerpo; recibi una sacudida que me paro de inmediato. Nuevamente pude respirar en forma habitual, y entonces me di cuenta que don Juan habia vaciado un guaje de agua en mi estomago y mi cuello, empapandome.
Me ayudo a sentarme. Don Genaro estaba en el reborde. Me llamop por mi nombre y salto a tierra. Lo vi desplomarse desde una altura de quince metros o algo asi, y experimente una sensacion insoportable en torno a la region umbilical; he sentido lo mismo en sueños de caida.
Don Genaro se acerco y me pregunto, sonriendo, si me habia gustado su salto. Trate sin exito de responder. Don Genaro volvio a gritar mi nombre.
-!Carlitos! !Fijate!-dijo.
Agito los brazos a los dos lados cuatro o cinco veces, como para ganar impulso, y luego desaparecio de un salto, o eso crei. Tal vez hizo otra cosa para la cual yo carecia de descripcion. Estaba a menos de dos metros de distancia, y de pronto se desvanecio como chupado por una fuerza incontrolable.
Me sentia ajeno, fatigado. Tenia un sentimiento de indiferencia y no queria pensar ni hablar conmigo mismo. No sentia miedo, sino una tristesa inexplicable. Tenia ganas de llorar. Don Juan med io varios coscorrones y rio como si todo lo ocurrido fuera un chiste. Me exigio hablar conmigo mismo porque en esa hora se necesitaba desesperadamente del dialogo interno. Oi que me ordenaba:
-!Habla! !Habla!
Tuve un espasmo involuntario en los musculos labiales. Mi boca se movio sin sonido. Recorde a Don Genaro moviendo la boca en forma similar cuando estaba payaseando y quise haber podido decir, como el: "Mi boca no quiere hablar." Trate de pronunciar las palabras y mis labios se contrajeron dolorosamente. Don Juan parecia a punto de desmembrarse de risa. Su regocijo era contagioso y rei a mi vez. Finalmente, me ayudo a ponerme de pie. Le pregunte si don Genaro iba a regresar. Dijo que Genaro ya se habia hartado de mi por ese dia.
-Casi te sale bien-dijo don Juan.
Estabamos sentados cerca de la estufa de tierra donde ardia un fuego. El habia insistido en que yo comiera. Yo no tenia hambre ni cansancio. Una melancolia insolita me saturaba; me sentia distante de todos los eventos del dia. Don Juan me dio mi cuaderno. Hice un intento supremo de recapturar mi estado habitual. Anote algunos comentarios. POco a poco, entre de nuevo en mis viejos patrones. Fue como si un velo se aclarara; de pronto me vi de nuevo envuelto en mi actitud familiar de interes y desconcierto.
-!Que bueno!-dijo don Juan, dandome palmaditas en la cabeza-. Te he dicho que el verdadero arte de un guerrero consiste en equilibrar el terror y la maravilla.
Don Juan estaba de un humor insolito. Se veia casi nervioso, angustiado. Parecia dispuesto a hablar por iniciativa propia. Crei que me preparaba para la explicacion de los brujos, y yo mismo me llene de ansiedad. Sus ojos tenian un brillo extraño que yo solo habia visto unas cuantas veces antes. Al decirle lo que pensaba de su extrañ actitud, el respondio que se sentia dichoso en mi nombre; que, como guerrero, podia regocijarme en los triunfos de sus semejantes, si eran triunfos del espiritu. Desdichadamente, agrego que yo no me hallaba todavia listo para la explicacion de los brujos pese a haber resuelto la adivinanza de don Genaro. Su argumento era que, cuando me vacio encima el guaje de agua, yo habia estado al borde de la muerte, y que toda mi hazaña se vio cancelada por mi incapacidad de rechazar la ultima embestida de don Genaro.
-El poder de Genaro era como la marca y asi te cubrio-dijo.
-¿Queria hacerme daño don Genaro?-pregunte.
-No-repuso-. Genaro quiere ayudarte. Pero al poder solo se le puede enfrentar con poder. Te estaba probando y fallaste.
-Pero resolvi su adivinanza,¿o no?
-Lo hiciste muy bien-dijo-. Tan bien que Genaro te creyo capaz de una hazaña completa de guerrero. Y eso tambien casi te sale. Pero lo que te tiro al suelo esta vez no fue tu vicio de hacerte el chamaquito.
-¿Que fue entonces?
-Eres demasiado impaciente y violento; en vez de dejarte ir y seguir a Genaro te pusiste a pelear con el. No puedes ganarle; es mas fuerte que tu.
A continuacion, don Juan cambio el tema y me ofrecio consejo y sugerencias acerca de mis relaciones personales con la gente. Sus observaciones eran la contraparte seria de lo que don Genaro me habia dicho antes en broma. Estaba locuaz, y sin ruegos por mi aprte comenzo a explicar lo que habia ocurrido en las dos ultimas ocasiones que estuve alli.
-Comop sabes-dijo-, la clave de la brujeria es el dialogo interno; esa es la llave que abre todo. Cuando un guerrero aprende a pararlo, todo se hace posible; se logran los planes mas descabellados. La entrada a todas las experiencias extrañas y pavorosas que has tenido ultimamente fue el hecho de que pudiste dejar de hablar contigo mismo. Has atestiguado, en sobriedad completa, al aliado, al doble de Genaro, al soñador y al soñado, y hoy estuviste a punto de toparte con la totalidad de ti mismo, esa era la hazaña de guerrero que Genaro esperaba de ti.Todo esto ha sido posible por la cantidad de poder personal que has juntado. Empezo la vez pasada que estuviste aqui; yo vislumbre entonces una señal muy propicia. Cuando llegaste, oi al aliado merodeando; primero oi sus pasos y luego vi que la polilla te miraba bajar de tu coche. El aliado estaba inmovil, observandote. Eso fue para mi la mejor de las señales. Si el aliado se hubiera movido o si se hubiera agitado como si tu presencia lo disgustara, como siempre lo ha hecho, el curso de los eventos habria sido distinto. Muchas veces he visto al aliado en un estado de enojo contigo, pero esta vez la señal era buena y supe que el aliado te aguardaba para darte algun tipo de conocimiento. Esa fue la razon por la que yo dije que tenias una cita con el conocimiento, una cita con uina polilla, concertada hace mucho tiempo. Por razones inconcebibles para nosotros, el aliado escogio la forma de una polilla para manifestarse ante ti.
-Pero usted me ha dicho muchas veces que el aliado carecia de forma, y que uno solo podia juzgar sus efectos-dije.
-Cierto-dijo el-. Pero el aliado es una polilla para los espectadores relacionados contigo: Genaro y yo. Para ti, el aliado es solo un efecto, una sensacion en tu cuerpo, o un sonido, o el polvo dorado del conocimiento. Sigue, sin embargo, siendo un hecho que, al escoger la forma de una polilla, el aliado nos dice, a Genaro y a mi, algo de gran importancia. Las polillas son las portadoras del conocimiento, y las ayudantes y amigas de los brujos. Debido a que el aliado escogio ser eso contigo, es que Genaro te da tanta importancia.
"La noche esa que te econtraste con la polilla, como yo anticipaba, fue para ti una verdadera cita con el conocimiento. Aprendiste su llamado, sentiste el polvo de oro de sus alas, pero, sobre todo, esa noche, por primera vez, te diste cuenta de que veias y tu cuerpo aprendio que somos seres luminosos. Todavia no has tasado correctamente ese evento monumental en tu vida. Genaro te demostro, con tremenda fuerza y claridad, que somo uns entir, lo que llamamos nuestro cuerpo es un manojo de fibras luminosas que se dan cuenta.
"Anoche estabas de nuevo bajo el buen amparo del aliado. Vi no a miarte cuando llegaste y asi supe que deberia llamar a Genaro para que te explicara el misterio del soñador y el soñado. Tu creiste entonces, como siempre lo haces, que yo te engañaba, pero Genaro no estaba escondido entre las matas, como pensaste. Vino por ti, aunque tu razon se niegue a creerlo."
Esa parte de las elucidaciones de Don Juan fue, en verdad, la mas dificil de aceptar en su valor evidente. Yo no podia admitirla. Dije que don Genaro habia sido real y de este mundo.
-Todo cuanto has atestiguado hasta ahora ha sido real y de este mundo-dijo don Juan-. No hay otro mundo. Lo que te hace tropezar es una peculiar insisencia por parte tuya, y esa peculiaridad no se te va a curar con explicaciones. De manera que, hoy, Genaro se dirigio directamente a tu cuerpo. Un examen cuidadoso de lo que hiciste hoy te revelara que tu cuerpo supo juntar las cosas en una forma digna de alabanza. De algun modo, te moderaste y no te diste a tus visiones junto a la zanja. Mantuvste un control muy raro un dominio de ti mismo como debe ser para un guerrero; no creias nada, y sin embargo actuaste con eficacia y pudsite asi seguir el llamado de don Genaro. Lo encontraste sin mas ni mas y sin que yo te ayudara en nada.
"Cuando llegamos a la roca, estabas llenito de poder y viste a Genaro parado donde otros brujos hane stado parados, por razones similares. Se acerco a ti y despues de que salto al suelo. El era todo poder. De haber procedido como antes, junto a la zanja, lo habias visto como es en realidad, un ser luminoso. En vez de eso te asustaste, sobre todo cuando Genaro te hizo saltar. Ese salto deberia haber basado para transportarte mas alla de tus limites. Pero no tuviste fuerza y volviste a caer en el mundo de tu razon. Entonces, claro, te trabaste en combate mortal contigo mismo. Algo en ti, tu voluntad, queria ir con Genaro, mientras tu razon se te oponia. De nos er por mi ayuda, estarias muerto y sepultado en ese sitio de poder. Pero, aun con mi ayuda, el resultado estuvo en duda por un momento."
Quedamos callados algunos minutos. Espere que el hablara. Por fin pregunte:
-¿Me hizo don Genaro ssaltar hasta la cima de la roca?
-No tomes ese salto en el sentid en que entiendes un salto-dijo-. Una vez mas, esta es solo una manera de decir las cosas. Mientras pienses que eres un cuerpo solido, no podras convebir de que cosa hablo. Derramo entonces cenizas en el piso, junto a la linterna, cubriendo una zona cuadrangular de medio metro por lado, y trazo con los dedos un diiagrama que tenia ocho puntos interconectados por medio de lineas. Era una figura geometrica.
Habia dibujado una semejante años atras, el tratar de explicarme que noe ra ilusion el observar la misma hoja cayendo cuatro veces del mismo arbol.
El diagrama en las cenizas tenia dos epicentros; don Juan llamo a uno "la razon
", y al otro "la voluntad". "Razon" se conectaba directamente con un punto que el llamo "el habla". A travez de "el habla", "la razon" se relacionaba indirectamente con otros tres puntos, el "sentir", "el soñar" y el "ver". El otro epicentro, "la voluntad", se conectaba directamente con "el sentir", "el soñar" y "el ver", pero solo en forma indirecta con "la razon" y "el habla".
Comente que el diagrama era distinto del que copie años antes.
-La forma de afuera no tiene importancia-dijo-. Estos puntos representan a un ser humano y puedes dibujarlos como se te de la gana.
-¿Representan el cuerpo de un ser humano?-pregunte.
-No lo llames el cuerpo-dijo-. Esos son ocho puntos en las fibras de un ser luminoso. Un brujo dice, como puedes ver en este dibujo, que el ser humano es, primero que nada, voluntad, porque la voluntad se relaciona con tres puntos: el sentir, el soñar y el ver; despues, el ser humano es razon. Este es propiamente un centro mas pequeño que la voluntad; solo esta conectado con el habla.
-¿Que son los otros dos puntos, don Juan?
Se me quedo mirando y sonrio.
-Ahora eres ya mucho mas fuerte que la primera vez que hablamos de este diagrama-dijo-. Pero todavia no eres lo bastante fuerte como para conocer todos los ocho puntos. Genaro te hablara algun dia de los otros dos.
-¿Tiene todo el mundo esos ocho puntos o solo los brujos?
-Podriamos decir que cada uno de nosotros trae al mundo ocho puntos. Dos de ellos, la razon y el hablar, los conocen todos.El sentir es siempre vago, pero de algun modo familiar. Pero solo en el mundo de los brujos llega uno a conocer por completo el soñar, el ver y la voluntad. Y finalmente, en el ultimo borde de ese mundo encuentra uno los otros dos. Los ocho puntos componen la totalidad de uno mismo. Me mostro sobre el diagrama que, en esencia, todos los puntos podian conectarse indirectamente.
Volvi a preguntar acerca de los dos misteriosos puntos restabtes.Me enseño que solo estaban conectados a "la voluntad": se hallaban aparte de "el sentir","el soñar" y "el ver", y mucho mas lejos de "el habla" y "la razon". Señalo con el dedo como estaban aislados de los demas, y el uno del otro.
-Estos dos puntos jamas se someten al habla ni a la razon-dijo-.Solo la voluntad puede con ellos. La razon esta tan lejos de ellos que es completamente inutil tratar de figurarselos. Esta es uba de las cosas mas dificiles de aceptar; despyes de todo, el fuerte de la razon es razonaro todo.
Pregunte si los ocho puntos correspondian a zonas, o a ciertos organos del ser humano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario